domingo, 24 de abril de 2011

Gracias Duoc, Gracias Jorge




El edificio Luis Cousiño, conocido como La Ratonera por los muchos años que se limitó a ser cobijo de roedores, ha resucitado. Tuve la oportunidad de visitar este edificio, cuya restauración está casi terminada, y me fue imposible no sentir emoción. Ahora escribo para agradecer. Es de justicia hacerlo.

En realidad lo que se ha hecho es mucho más que una mera restauración. Dentro de la cáscara que quedaba, íntegramente respetada, se ha construido un edificio moderno, funcional a sus objetivos y atractivo arquitectónicamente.
Este tradicional edificio de Valparaíso continúa siendo emblemático. Si durante tantos años lo fue, porque significó la decadencia de un puerto que no se recuperaba tras el terremoto de 1906, hoy muy bien ha pasado a ser el símbolo de un Valparaíso que levanta cabeza. Restauraciones de casas, un renovado comercio turístico, especialmente gastronómico y hotelero, una creciente actividad educacional, un puerto con proyectos para crecer –¡y comerle espacio al mar!, cosa que históricamente ha coincidido con un puerto pujante– son todos signos de que Valparaíso pareciera despertar de su letargo. Y el Luis Cousiño es buen signo de eso.
La restauración de La Ratonera –nombre que probablemente ahora irá cayendo en el olvido– se la debemos a una institución de educación presente en la región: el DuocUC. Sus autoridades decidieron invertir en un proyecto que su sola evaluación económica lo desaconsejaba. Pero aún así lo hicieron y bien. Como se dijo, se respetó el edificio antiguo, dentro del cual se han construido modernas instalaciones para la tarea educativa que se desarrollará en ellas, armonizando pasado histórico y necesidades presentes, que debiera ser uno de los criterios fundamentales de desarrollo de cualquier ciudad. El edificio recibirá escuelas de restauración, gastronomía y hotelería. Albergará, también, un Centro de Turismo, Patrimonio y Cultura. Contará con un centro de información turística y con otros servicios que lo incorporarán a la vida ciudadana. En fin, por donde se mire, un proyecto bien pensado, hecho con amor por Valparaíso y su historia y, a la vez, por los alumnos que tendrán el privilegio de estudiar en sus salas. Por eso, y para cumplir el deber de justicia, ¡gracias Duoc! ¡Mil gracias!
Pero detrás de las instituciones hay personas. Por eso, no puedo dejar de agradecer a Jorge Martínez, su director regional. Él fue el principal impulsor de esta recuperación. Tuvo que enfrentar mil problemas para salir adelante, pero lo hizo con paciencia y perseverancia.
Quizás esta parte de esta columna no la debiera escribir, pues Jorge, por un lado, es un gran amigo y, por otro, es el jefe de mi señora. Pero como creo que ni mi amistad se verá afectada ni tampoco será un jefe menos fregado de lo que es, puede primar lo que es de justicia hacer: agradecerle públicamente por su esfuerzo para devolver a los porteños este pedazo de Valparaíso. ¡Gracias Jorge! ¡Mil gracias!



Jose Luis Widow
Facultad de Artes Liberales
Universidad Adolfo Ibáñez

Columna "EL Mercurio de Valparaíso" Edición 24/04/2011

El Renacimiento del Luis Cousiño

Fue "La ratonera" de Valparaíso. Nido de delincuentes, símbolo de la
 decadencia. Una inversión de US$ 10 millones lo trae de vuelta a 1883.
 Mañana se reinaugura con fiesta de época.

Distinguidos porteños caminan por calle Blanco hacia el borde costero. Otros prefieren los almacenes y boticas aledaños al Mercado Cardonal. En medio de la multitud, el diarero canta las noticias del día. A lo lejos, los gritos de motemei, del vendedor de pescados y del lechero con su burra, se confunden entre los sones de la banda naval, mientras jinetes saludan a las señoritas en la acera. Es 25 de abril de 1883 y la calle Blanco está en pleno movimiento.

Esa es la imagen que podrán ver los porteños mañana, a las 19.00, cuando el DuocUC inaugure el restaurado edificio Luis Cousiño. El inmueble levantado en 1883 por Isidora Goyenechea en memoria de su marido y sede de las oficinas carboníferas de Lota y Coronel, es monumento nacional y uno de los símbolos del rescate patrimonial hecho en el corazón de la zona reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
"En un segundo, la gente podrá vivir el Valparaíso que tuvo una gran historia", dice Jorge Martínez, director de DuocUC.
En la ceremonia, actores personificados como Luis Cousiño y su esposa Isidora recibirán a sus descendientes e invitados.
En total, 200 actores vestidos de época, 30 personajes típicos de la ciudad, cadetes de la escuela naval Arturo Prat y soldados del regimiento 2º de Maipo participarán en la recreación. Al igual que una decena de carruajes, carretones, un cañón naval y un carro bomba de 1901.
La inauguración será el fin de un largo proceso que volvió a reimpulsar el inmueble que sufrió un incendio y abandono por 15 años. Fue cuna de delincuentes y roedores, por el que recibió el nombre de "La ratonera".
"Compramos una ruina por $ 800 millones. El proyecto total ha demandado US$ 10 millones y nos hemos demorado cinco años en transformarlo", dice Martínez.
El edificio, el más emblemático del tipo crucero que sigue en pie en la ciudad, muestra la segunda costanera de Valparaíso. Construido en mampostería de ladrillo y roble con marcos de mañío y ciprés, la recuperación ha mantenido su esquema original y vistas.
Además, se hizo una reinterpretación arquitectónica de la mansarda sin sus ventanas pequeñas. La totalidad de sus marcos y puertas originales fueron restaurados por alumnos y docentes. Un lugar especial tiene la inscripción original LC que simboliza su pasado y futuro. "Siempre se entendió que significa Luis Cousiño, pero nuevos historiadores han dicho que es Lota y Coronel", explica el directivo.
Para Jaime Alcalde, rector de DuocUC, la recuperación de este monumento significa también "el optimismo ante el futuro de la ciudad y se demuestra que es compatible lograr desarrollo y el respecto al patrimonio y a la cultura de la ciudad. Este proyecto marca un punto positivo de inflexión en el desarrollo de Valparaíso".
Para el alcalde de Valparaíso, Jorge Castro, es un gran paso y un nuevo modelo de trabajo con el sector privado y académico, como lo ha sido con la U. de Valparaíso: "DuocUC apostó por la ciudad en su estilo de preservación histórica y, en vez de construir algo nuevo, se sumó a nuestra tarea de valorar el patrimonio, en la zona del casco histórico".

Hace un año las escuelas de Actuación, Diseño, Comunicación Audiovisual y otras, comenzaron la investigación para la ceremonia de mañana. El trabajo fue apoyado por la unidad de patrimonio de la Municipalidad de Valparaíso y el Museo Naval, entre otras instituciones. Hace un mes se iniciaron los preparativos, que entre otros, implicó la elaboración de cien trajes de época por los alumnos de Diseño y la recolección de otros 100 originales desde colecciones privadas y museos.

Tras la apertura, el edificio será sede de dos seminarios de Patrimonio y Turismo. Para abrir sus puertas a los visitantes el 30 de abril, con recorridos guiados.

por María Elizabeth Pérez
Diario La Tercera Edición 24/04/2011